sábado, 24 de septiembre de 2011

Retratos del primer pueblo libre de América, San Basilio de Palenque


Retratos del primer pueblo libre de América, San Basilio de Palenque
“Buscando imágenes, encontré mis amigos Afro-Descendientes”
Marceliano Pion

Por. Katherine Calderón C*
Miradas profundas, de una raza que durante siglos, ha luchado contra la esclavitud y el racismo, se entiende la tranquilidad y un aire de libertad, a pesar de la pobreza de un pueblo, que otros mirarían sin atención. Esto es lo que permite percibir el fotógrafo colombiano, Marceliano Pión, a través de la que será, su próxima muestra sobre Afro-descendientes.
La constate búsqueda de éste fotógrafo impetuoso, lo llevó a un corregimiento del departamento de Bolívar, en Colombia, Conocido políticamente como Palenque de San Basilio, sin embargo originarios de vieja data, se niegan a llamarlo como tal, ya que argumentan que el pueblo no es del santo, sino el santo del pueblo, así que en realidad es más conocido como San Basilio de Palenque.
En sus fotografías, Marceliano muestra una generación de raza pura, que hoy puede contar una historia distinta a la que vivieron sus antepasados, donde la lengua criolla, siendo un conjunto entre la diáspora africana, con base léxica española, define palenque, como aquel lugar poblado por esclavos africanos y fugados del régimen colonial.
La fotografía es una necesidad en mi sistema de vida, siempre he sido medio nómada o caminante, si se prefiere llamar así.  En mis constantes salidas, el contacto con la naturaleza es fundamental”, asegura Pión, como si estuviera revelando la verdadera conexión con la imagen.
Humildes pero sonrientes, se muestran los niños de Palenque, absorbidos e interesados, por quien capturó la esencia, de aquel instante que ahora nos evoca historia.
Sin ir más lejos, algunas fotografías de Pión, también hablan sobre las marcas del tiempo, en el rostro de aquellos, que tal vez, alcanzaron a vivir un poco de aquella época impensable; quizás nunca antes llegaron a imaginar, que gracias a su historia, cultura y lengua, Palenque llegaría a ser declarado por la Unesco, “Patrimonio Intangible de la Humanidad”.
Con toda una trayectoria de reconocimientos, este fotógrafo nacido en Barranquilla, costa Caribe de Colombia, demuestra la interminable búsqueda por la imagen. “Esta atracción es la que me ha llevado a sitios realmente interesantes” Destacó Pión.
Su trabajo inicia, tal vez como cualquier otro viajero que desea guardar el recuerdo de lo vivido, sin embargo en Marceliano, más que la pasión por recorrer el territorio nacional colombiano, el que exalta como un lugar único, por las maravillas naturales que posee, encontró en la fotografía, no solo un ‘flash-back’ en su memoria, sino que descubrió, una vocación febril, que todavía continúa después de 30 años.
Este arquitecto, empezó como profesor de ‘Dibujo de Ingeniería’, en la Corporación Educativa del Litoral, en Barranquilla. Aclaró, que tomó el puesto porque era la única vacante, sin embargo otra de sus vocaciones, es ser maestro, hasta tal punto que se ha consagrado, como uno de los mejores profesores de fotografías, en varias universidades reconocidas de la ciudad.
Junto con otros colegas, en 1981, fundó el foto-club de la Alianza Francesa, que hoy se conoce como Claraboya. Alterno a esto, realizó cursos de fotografía, lo que lo llevaría un año después a dictar cursos básicos en la misma Alianza, mientras en 1983,  empieza con fotografía, en los programas de Publicidad y Administración del Litoral.
Con una serie de cursos, diplomados, ponencias y reconocimientos, a lo largo de su carrera, sin excluir la contribución que ha realizado como jurado y  los diferentes concursos que promueve entre sus estudiantes, cabe destacar, que en manos de la misma Universidad, donde empezó como docente, recibió el título de publicista Honoris Causa, el 18 de diciembre de 2009.
Finalmente afro-descendientes, es una muestra que está por realizarse, y a la que nos hemos adelantado. Con retratos reales, que no buscan la imagen elaborada, es la naturaleza, el rostro de un pueblo, que mantiene viva su cultura, una generación que se dejó ver, cada una como lo sentía, con miradas profundas, otras esquivas, pero al final se dejaron capturar.
“Fui a Palenquee, precisamente buscando imágenes, no fue fácil, porque a ellos no les gusta que los retraten, pero sin lugar a dudas, encontré a mis amigos Afro-descendientes”.
Por. Katherine Calderón C*