viernes, 23 de septiembre de 2011

WERNER BISCHOF - EL SUEÑO DE LA VERDAD


Está integrada por 106 fotografías de su archivo personal con curaduría de su hijo Marco e impresas en Argentina con un equipo de HP. Se puede visitar hasta fines de enero en el Centro Cultural Borges (Viamonte esq. San Martín). Ha sido organizada por la fundación Werner Bischof Estate y Magnum Photos, junto a la Embajada Suiza en Argentina.

Bischof nació en Zurich, Suiza, en abril de 1916 en un hogar de clase media acomodada (su padre era director en una empresa farmacéutica) y estudió arte y fotografía en la Kunstgewerschule, donde se graduó a los 20 años de edad. De inmediato, se dedicó a la fotografía de estudio y a la publicidad pero, atraído por las artes plásticas viajó a París con la idea de formarse en pintura. El estallido de la II Guerra Mundial hizo que regresara a Suiza, donde tuvo que cumplir durante dos años el servicio militar. Luego continuó dedicándose a la fotografía comercial, de modas y otros trabajos de galería, además de trabajar para la revista Du. Hasta entonces, su vida transcurrió en un pequeño paraíso, alejado y desconocedor de los dramas que padecía el mundo.
Todo eso cambió en 1945, cuando una institución suiza, la Schweizer Spende, le encarga fotografiar las consecuencias de la guerra en ciudades de Alemania, Francia, Luxemburgo, Holanda y Bélgica. A partir de entonces, la fotografía testimonial pasa a ser el objeto de sus esfuerzos. Gracias a su formación académica pero, por sobre todo, a su sensibilidad e inteligencia visual, comienza a desarrollar imágenes que quedarán incorporadas a las mejores realizaciones del fotoperiodismo.
En 1949, Werner Bischof conoce en París a los creadores de la agencia Magnum. En ese momento, se produce un cambio importante en su vida porque comenzará a producir ensayos fotográficos para las más importantes revistas de aquellos tiempos. En ese año se casa con Rosellina Mandel, con quien tendrá dos hijos, Marcos y Daniel.
Lo cierto es que en un período breve de tiempo desarrolló una intensa carrera. Sus fotografías, distribuidas por Magnum, eran publicadas en los más importantes medios como las revistas Life y Paris Match y diarios como The ObserverPicture Post e Illustrated.


1951 es un año de grandes realizaciones para Bischof. Realiza un ensayo sobre la vida en la India y el hambre en Bihar, donde quizá por primera vez se empiezan a mostrar las consecuencias del colonialismo en los países del Tercer Mundo.
Luego, se traslada al Japón, para mostrar la transformación de un país derrotado en el terreno militar que comienza a transitar una transformación, debido a la ocupación norteamericana. Sus fotografías de un night club donde se hacen shows de strip tease es paradigmática: las jóvenes japonesas comienzan a dejar sus hábitos de geishas y se desnudan a la usanza occidental ante un público integrado por soldados del Tío Sam.
Ese ensayo fue más tarde publicado por Robert Delpire, el célebre editor francés que antes había realizado De una China a la Otra de Henri Cartier-Bresson y Jean Paul Sartre. Japón es una obra fundamental del reportaje humanista, donde Bischof trata de mostrar una sociedad que intenta su reconstrucción luego de los padecimientos causados por una guerra en la cual fueron sus protagonistas. También es la contracara de lo que había dicho de los japoneses toda la propaganda de guerra para justificar las dos bombas atómicas lanzadas en su territorio.
De esa manera, Bischof se convierte en un fotógrafo trashumante, recorre ciudades como Nueva York, buena parte de Europa y del Lejano Oriente.

En 1952 es enviado a Indochina, donde las fuerzas colonialistas francesas enfrentan al Viet-Minh (Liga para la independencia de Vietnam). París Match le telegrafía que desea un reportaje sobre el coraje de los soldados franceses y Bischof, que ya conoce la realidad del pueblo vietnamita, siente que el fotoperiodismo ha pasado a ser una farsa y que a él quieren convertirlo en un mercenario. Recibe instrucciones de fotografiar un viaje en tren que es custodiado por los franceses pero, al pasar por una aldea, salta del vagón y se queda ahí para mostrar aquella otra realidad que oculta la prensa. El reportaje será luego publicado y el mundo podrá empezar a comprender la agresión de que eran víctimas los vietnamitas.
En 1953 está de regreso en Zurich, expone y publica sus fotografías para luego emprender una nueva aventura que habría de traerlo hacia América. Uno de sus sueños era viajar en jeep desde Nueva York a Tierra del Fuego.
Es así que llega al Perú, para desarrollar un proyecto fotográfico destinado a mostrar la vida de las comunidades en los Andes. Tiene 38 años de edad. Está en el momento más creativo de su carrera, sus imágenes son contundentes, tienen una fina poética. Pero a toda esa creatividad se interpone una curva, el auto derrapa y cae en un precipicio, muriendo a causa de sus heridas.
Era el 16 de mayo de 1954. Seis días después su amigo Robert Capa pisa una mina en Indochina que le arrebata la vida y, a los nueve días, su esposa Rosellina da luz a su segundo hijo, Daniel.