sábado, 26 de enero de 2013































AGENCIAMAGNUM


El fotoperiodismo no pudo existir hasta que a finales del siglo XIX se dieron una serie de condiciones técnicas necesarias, como la posibilidad de reproducir fotografías en papel prensa y la aparición de cámaras manejables de pequeño tamaño que permitieran una portabilidad adecuada a las necesidades de los profesionales en situaciones difíciles. Muchos años después la historia de la fotografía informativa daría un paso de gigante con la fundación de la Agencia Magnum. Gracias a iniciativas como las de Magnum y a las obras de sus grandes fotógrafos, el fotoperiodismo ha pasado de ser un género, testigo de la historia de los dos últimos siglos, a trascender su valor informativo y transformarse en una obra gigantesca cuyos valores estéticos la han llevado a ser sujeto de valoradas exposiciones en los grandes museos de todo el mundo. Y a buena hora, ya que, en frase de Ferdinando Scianna, “si la fotografía no es arte, peor para el arte”.
UN POCO DE HISTORIA
Puede decirse que en los últimos años del siglo XIX el fotoperiodismo era un género que empezaba a tener evidentes efectos sobre la opinión pública. A principios del XX algunos fotógrafos trasladaron a la sociedad la crítica social y la denuncia de injusticias a través de fotografías de trabajadores explotados y de personajes del mundo marginal, de gran realismo, cuyo contenido dramático encontró en la prensa un perfecto aliado para sensibilizar a los lectores. Esta actitud se intensificó con movimientos como el Nuevo Realismo, la Live Photography o el soviético Fotoconstructivismo. Jacob August Riis (1849-1914), un periodista de sucesos de Nueva York, fue el primero en utilizar la fotografía en la prensa para denunciar la miseria de los barrios humildes de la gran manzana. El ejemplo de Riis desembocó en el movimiento neoyorkino Photo-League, de influencia comunista, con Alfred Stieglitz y el cineasta Paul Strandcomo representantes destacados, quienes más tarde elevarían la categoría artística de la fotografía a través del movimiento Photo Secession. Otra corriente, la Farm Security Administration, reflejó de manera dramáticamente realista la situación del mundo rural norteamericano, afectado por la crisis financiera del crack del 29. Esta fotografía realista americana tuvo en Europa un destacado eco en el movimiento alemán Nueva Objetividad, impulsado por el dramaturgo Bertolt Brecht y el fotógrafo Albert Renger Patzsch.
Los primeros reporteros gráficos eran ilustradores de textos periodísticos que únicamente concebían su trabajo desde un punto de vista testimonial. Posteriormente, el fotógrafo de prensa aportó nuevas visiones a su labor, implicándose en las escenas que retrataba e introduciendo una dimensión artística en su trabajo. Uno de los pioneros de este nuevo fotoperiodismo fueErich Solomon, fundador del movimiento Candid Camera, quien trabajó fundamentalmente en la Alemania de la república de Weimar y murió en el campo de concentración de Auschwitz en 1944.
Vogel-LucienLA AGENCIA MAGNUM
El éxito de las revistas ilustradas alemanas durante los años veinte del pasado siglo (Berliner Illustrierte Zeitung, Müncher Illustrierte Presse), a las que luego siguieron publicaciones francesas, como Vu (fundada por Lucien Vogel en 1928) y Regards, inglesas como Picture Post (1938) o Weekly Illustrated (1934) y americanas comoLife (Henry Luce, 1936), hizo posible la aparición de un nuevo fotoperiodismo. Su nacimiento se sitúa en la guerra civil española con las instantáneas del catalán Agustí Centelles y sobre todo del húngaro-americano Robert Capa, cuya obra sería fundamental para la comprensión del reportaje moderno, al utilizar las deficiencias como valores estéticos. Furio Colombo afirma que las fotografías de la guerra civil española advertían que la comunicación visual de masas iniciaba una nueva relación de la imagen con la realidad. Los dos componentes principales de este nuevo fotoperiodismo eran por una parte los fotógrafos y por otra las agencias que canalizaban sus trabajos, como Deustche Photodienst (Dephot), y Associated Press (AP). Estas agencias se reservaban los derechos de reproducción y poseían el control absoluto de la difusión de las imágenes de los fotógrafos, que veían en estos métodos una explotación de su trabajo a la que querían poner fin. Uno de ellos, de la agencia Dephot, era precisamente André Friedmann, quien firmaba como Robert Capa, dice la leyenda que en honor a dos de sus mitos cinematográficos: el director Frank Capra y el actor Robert Taylor. Capa ya se había hecho popular con las fotografías obtenidas durante la guerra civil española, entre ellas la del famoso miliciano tomada en el momento en que es alcanzado por un disparo en cerro Muriano, reproducidas en publicaciones como Regards, Picture Post, Vu, Ce Soir y Life. De él sería la idea de fundar la agencia Magnum, en 1947, junto con un grupo de amigos, todos ellos fotógrafos: Henri Cartier-Bresson, George Rodger, David Seymur, quien firmaba con el seudónimo de Chim y que murió mientras realizaba un reportaje en 1956 durante la crisis de Suez (Capa también falleció en mayo de 1954 víctima de la explosión de una mina mientras trabajaba para la revista Life durante la primera guerra de Indochina), William Vandibert y dos administradores, María Eisner y Rita Vandivert. La idea era fundar una agencia cooperativa de fotógrafos de todo tipo para controlar la difusión de sus imágenes a partir de la propiedad de los negativos y poder de este modo trabajar con una independencia total. A la vez, Magnun se creó para ser una sociedad de socorros mutuos y un sindicato que negociase con los medios el precio y la condiciones de su trabajo. La agencia Magnum creó el moderno reportaje gráfico, al que dotó de un estilo propio y de un modo de hacer característico e irrepetible, que preserva la objetividad del documento al dificultar posibles manipulaciones de la imagen y su utilización sesgada. Sus reportajes trascienden la cualidad del mero documento descriptivo de la realidad para convertirse en valiosos testimonios y en realizaciones artísticas.
En la nómina de la agencia Magnum figuran algunos de los fotógrafos más importantes de la historia del fotoperiodismo como Sebastiao Salgado, Marc Riboud, Werner Bischof, Inge Morath(esposa del dramaturgo Arthur Miller), Josef Koudelka, René Burri, Eve Arnold, Leonard Freed, la española Cristina García Rodero, etc.. Para formar parte de la agencia, el fotógrafo es primero nominado, luego pasa a ser asociado y finalmente se convierte en un miembro de pleno derecho. Algunos corresponsales pueden hacer ocasionalmente reportajes para Magnum sin formar parte de la agencia. La calidad de las fotografías de Magnum ha sido siempre una de sus exigencias prioritarias y ha propiciado su exposición en los grandes museos del mundo (el Reina Sofía de Madrid le dedicó hace años una gran retrospectiva, así como exposiciones personales a varios de sus miembros). Magnum ha proporcionado algunas de las fotografías históricas más importantes, captadas en guerras y levantamientos, ha sido testigo de problemas sociales de todo tipo y ha dejado para la posteridad la imagen de personajes del mundo de la política, la historia, la ciencia y la cultura. Acaba de publicarse una nueva edición de Magnum, Magnum(Lunwerg, 2007), en un nuevo y más manejable formato, que reúne las fotografías más destacadas de la agencia en un libro de un impagable valor documental. Junto a ellas, las biografías de los fotógrafos responsables nos enseñan las difíciles condiciones en las que muchas veces desarrollaron sus trabajos. En esta publicación se resumen los 60 años de la historia de Magnum a través de 400 fotografías de los 69 fotógrafos que en algún momento han formado parte de la agencia. Dice Publio López Mondéjar en una de las introducciones a este libro, que Magnum ha captado en más del millón de imágenes que componen su archivo “todos los momentos clave del espantoso transcurso de la historia del último medio siglo, desde las desventuras de la posguerra mundial, las guerras de Indochina, del Congo, la revolución cubana, la guerra de los Seis Días, la caída del comunismo, el conflicto entre Hezbollah e Israel, la invasión de Irak, las hambrunas universales, el 11-S o el movimiento de derechos civiles”. La originalidad de los textos es que cada fotógrafo elige las fotografías y enjuicia la obra de alguno de sus compañeros. La lectura de los textos de algunos de estos fotógrafos sobre el oficio, y sus opiniones sobre el trabajo de sus compañeros sitúa en su exacta dimensión el papel de la fotografía informativa en la sociedad contemporánea.
*Profesor de Información Cultural de la Universidad Complutense de Madrid






















EVE ARNOLD


La fotógrafa estadounidense Eve Arnold falleció ayer a la edad de 99 años, según ha informado la agencia Magnum, de la que formaba parte.
Arnold es, sin duda, una de las mejores fotoperiodistas del siglo XX,especialmente por sus retratos. Por sus objetivos desfilaron protagonistas de la centuria pasada, como la reina Isabel II, Jacqueline Kennedy o Malcolm X.
Pero si por un solo trabajo hay que recordarla - siendo difícil en tan larga y excelsa carrera - es por el reportaje que hizo de Marilyn Monroedurante el rodaje de Vidas Rebeldes, en 1960. La fotógrafa siguió a la rubia platino durante dos meses, mientras estaba a las órdenes de John Huston y acompañada en el reparto por Clark Gable, otro guapo de solemnidad. La filmación, en pleno desierto de Nevada y con un calor insoportable, estuvo llena de problemas, desde las borracheras del director y la actriz, hasta la ruptura de Monroe con su marido, el escritor Arthur Miller.
Con semejante escenario, el trabajo de Arnold es una disección de todas las etapas por las que podía pasar Monroe detrás de las cámaras, desde su aspecto más infantil, algo depresiva, enfada, cansada, triste y sin faltar su aire de mujer seductora. La fotógrafa podía haber sacado el aspecto más desolador y hundido de la actriz, pero en todas las imágenes captadas por su cámara hay un gran respeto a la persona detrás del personaje público. "Si eres cuidadoso con la gente y si respetas su privacidad, te ofrecerán parte de ellos mismos que tu podrás usar", contaba en una entrevista en la BBC en 2002.
De padres emigrantes rusos, Eve nació en 1912 en Filadelfia, Estados Unidos. De joven se trasladó a Nueva York, donde empezó a interesarse en los años 40 por la fotografía, después de trabajar en una tienda de revelado. Fue en 1948 cuando se apuntó a un curso de fotografía de seis semanas en la New School for Social Research. Eso sí, con el fotógrafo y director de arte de Harper's Bazaar Alexey Brodovitch como profesor. Pronto comenzaría a trabajar en LIFE o TIME. Concluía la década de los 40 y el fotoperiodismo, con tipos como Capa o Cartier Bresson, vivía su época dorada.
Fue precisamente el francés Bresson el que quedó fascinado por uno de sus trabajos sobre la moda en Harlem, y decidió proponerla en 1951 para ingresar en la entonces recién estrenada y ahora mítica agencia Magnum.
La fotografía fue para Arnold una excusa para sus inquietudes más profundas. "Los temas son recurrentes una y otra vez en mi trabajo", decía en unas declaraciones recogidas por AP. "Había sido pobre y quise documentar la pobreza; había perdido a un hijo, y estuve obsesionada con los nacimientos; estaba interesada en política y esperé saber cómo afectaba nuestras vidas; soy una mujer y quise saber sobre las mujeres".
En las imágenes de Arnold está siempre presente el ser humano, con unos potentes retratos. Sin embargo la fotógrafa prefería captar el gesto que buscarlo y forzarlo. "Una sesión de estudio ofrece las mayores posibilidades de control", decía en un libro sobre su trabajo (Eve Arnold, Great Images of the 20th Century). "A pesar de que hay libertad total, todavía me disgusta la fotografía de estudio y las imágenes artificiales que se generan", concluía.
También es imprescindible en la obra de Arnold 'China', un extenso trabajo sobre el gigante asiático, y que fue objeto de su primera gran exposición en solitario en 1980, en el Brooklyn Museum de Nueva York.
En el año 2003 la reina Isabel II la hizo miembro de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la fotografía. Llevaba mucho tiempo sin tomar fotos, y por aquel entonces solo se dedicaba a leer a los clásicos como Tolstoi y Dostoevski.